¿Es posible hacer obras en casa sin licencia?

Todos tenemos esta duda en el momento que compran o alquilan una casa. Y es que puede no gustarnos cómo esté construida, pintada o necesite algunos arreglos.

Pero para realizar ciertos cambios y mejoras, debemos contar con la aprobación del ayuntamiento de nuestro pueblo o ciudad. Y, sobre todo, para evitarnos un susto en forma de sanción económica.

Por eso, te vamos a contar todo lo que tienes que saber sobre este tema, y qué tipo de obras puedes realizar sin licencia.

Obra mayor u obra menor

 

El primer punto que debemos aclarar son los diferentes tipos de obra que se pueden realizar. Y es que no es lo mismo una reestructuración interna, que un cambio de cableado eléctrico o la sustitución de unos azulejos.

Se considera obra mayor aquellas que involucren un cambio estructural importante, tanto en volumen, altura o superficie. Incluida estructura y aspecto exterior. Es imprescindible tener licencia en estos casos.

Las obras menores, en cambio, son modificaciones menos importantes y que suelen ser en el interior de la vivienda: electricidad, fontanería, revestimientos o supresión de barreras arquitectónicas. Pero también es imprescindible la licencia.

Es importante que descubras cómo está catalogada la obra que deseas realizar. Acudir a un técnico o profesional para que satisfaga tus dudas e incluso te gestione los trámites si es necesario.

Excepciones para realizar obras sin licencia

 

Ahora bien, aunque se puedan englobar muchas de las modificaciones que se realicen en una casa como obra mayor u obra menor, no siempre requieren de licencia.

Y es que el ayuntamiento, y la ley que regula todo esto, conocen que tener que pedir permiso por un cambio de azulejos o un arreglillo a la pintura de la sala de estar es hasta excesivo.

Por lo general, todas aquellas obras que no comprometan la edificabilidad de la vivienda pueden realizarse sin licencia. Y es que podemos realizar pequeñas reformas sin preocuparnos por la licencia como:

  • Sustitución de solados y superficies en el suelo, como puede ser la inclusión de moqueta o parquet.
  • Cambio en los alicatados, que tampoco afecta a la estructura general del edificio.
  • Tratamiento de las paredes, como el repintado o sustitución de gotelé o papel de pared.
  • Arreglos en la fontanería y red eléctrica, desde pequeños enchufes hasta algunas secciones más amplias que deban ser modificadas por seguridad.
  • Colocación de separaciones de pladur o listones de madera, que no comprometen la estructura del edificio.

Las posibles sanciones

Si estás dispuesto a realizar obras pero no entran en alguna de las anteriores excepciones, te expones a que el ayuntamiento te sancione. Y en lo económico suele salir más a cuenta pagar por la licencia antes de que te multen.

Ya sea porque algún vecino molesto te denuncie o el ayuntamiento actúe de oficio, las sanciones pueden incrementarse durante el tiempo que eres informado de tu falta de licencia hasta que consigues los permisos.

Y no solo eso: también pueden exigirte que restablezcas las obras realizadas al estado previo, acarreando así todos los gastos y consecuencias que eso conlleva.

Por ello es esencial que te informes de forma adecuada: que tengas claro que la obra que quieres realizar no necesita licencia. 

Y si la necesita, tramítala antes de mover un dedo.