Hipotecas a fijo y a variable: ¿qué nos interesa más?

¿Vale la pena firmar una hipoteca a interés fijo? Es una buena pregunta que tiene muchas respuestas. Pero de momento fijémonos en este dato: según el Instituto Nacional de Estadística (INE), este tipo de hipotecas representan ya un 10,8%, es decir, un 4,1% más que hace un año. Y ya se sabe que, cuando el río sueña… agua lleva.

Pero no nos precipitemos. Para empezar, el 89,2% de las hipotecas sigue siendo a tipo variable (generalmente, euríbor + un diferencial). Pero es verdad que casi podemos hablar ya de un pequeño cambio de tendencia, porque de hecho las hipotecas a fijo casi se han duplicado, lo que da que pensar.

 

¿Por que ahora hay más gente que opta por la hipoteca a tipo fijo? La respuesta es sencilla: porque hay personas que no quieren correr riesgos. Con la subida del euríbor –que llegó a superar el 5%– le vieron las orejas al lobo y ya no quieren volver a pasarlo mal. Pero es que, además, la hipoteca a tipo fijo tiene ahora dos buenos argumentos a su favor:

1. Los tipos actuales están en mínimos históricos, así que lo más normal es que el futuro les depare una subida. ¿Qué ocurre si esa subida es más elevada de lo que uno podría asumir? Solución: optamos por una hipoteca sin sobresaltos y problema resuelto.

2. Las hipotecas a tipo fijo ya no están vinculadas a porcentajes elevados, como por ejemplo el 6%, así que ahora son bastante más atractivas. Hay al menos media docena de entidades que ofrecen hipotecas a tipos iguales o inferiores al 3% -en algún caso, incluso rondan el 2,5%-.

¿Apuesto por el fijo o por el variable?

Así las cosas, ¿debemos apostar por el tipo fijo? Aquí es donde la respuesta se complica. Es verdad que el tipo de las hipotecas es tremendamente competitivo, pero también es verdad que el euríbor aún está lejos de ese porcentaje, e incluso aplicando un diferencial (por ejemplo, euribor+1,2%), seguiríamos hablando de porcentajes por debajo del 1,5%, es decir… muy lejos de ese 2,5-3% que ofrecen las hipotecas actuales a tipo fijo.

En realidad, la pregunta clave no es si subirá o no el euríbor, porque es obvio que tarde o temprano lo hará. La pregunta es ‘CUÁNDO’ subirá. Y hay que pensar que la mayoría de ofertas hipotecarias interesantes lo son para plazos cortos, por debajo de los 20 años, o incluso de los 10 años. ¿Podemos nosotros pagar nuestra hipoteca en menos de esos 10, 15 o 20 años? Si es así, probablemente valga la pena.

Pero si lo que necesitamos es pagar una cuota cómoda, que nos permita estirar los plazos unos 30 o 35 años, las ofertas del tipo fijo pierden buena parte de su atractivo.

 

Cuidado con los ‘extras’

Por otro lado, deberíamos prestar atención también a las condiciones que nos impone cada hipoteca. Muchas de las ofertas de tipo fijo que tienen cierto atractivo exigen, por ejemplo, domiciliar la nómina. En algunos casos, incluso se exige que esa nómina sea superior a una determinada cantidad (por ejemplo, 3.000 euros mensuales).

Otras entidades nos pedirán también que contratemos seguros de vida, o que hagamos aportaciones a un plan de pensiones…

Deberemos analizar con calma estas condiciones antes de decidirnos por una u otra opción.

El euríbor vuelve a bajar y ya son 15 meses consecutivos de descenso

El Banco de España nos comunicaba hace pocos días lo que empieza a ser ya una costumbre: una nueva bajada del euríbor a doce meses (que es el que se utiliza como referencia para el cálculo de las hipotecas). Esta vez, el descenso situaba el indicador en el 0,128%, claramente por debajo del 0,154% del mes anterior. Esta nueva bajada es relativamente modesta, pero si miramos la evolución del euríbor con perspectiva nos daremos cuenta de que ya son muchos los meses de descenso acumulado. De hecho, son 15 meses consecutivos.

 

¿Qué consecuencia tendrá este nuevo descenso en nuestras hipotecas? Para un préstamo de 120.000 euros a 20 años –en el supuesto de que toque revisarla este mes–,  la cuota mensual bajará 13 euros; es decir, al año nos ahorraríamos 156 euros hipoteca.

 

¿Y cuánto durará esta racha bajista?, se preguntan ahora muchos inversores. De momento, la previsión a corto plazo es que siga bajando. Desde que, a principios de noviembre, el Banco de España anunció la cifra oficial, el euríbor ha seguido esta tendencia, e incluso ha llegado a situarse por debajo del 0,10%.

 

Desde FERCO Gestión hemos analizado la evolución del euribor a lo largo de los últimos años, y aunque nadie puede predecir el futuro, la lectura del pasado nos proporciona algunas pistas interesantes. Por ejemplo, en julio de 2008 el euríbor tocó techo con un 5,39%, y a partir de ahí inició un desplome rápido y continuado –cayó nada menos que 4 puntos en sólo un año–.

 

Los movimientos del euríbor guardan una estrecha relación con el momento económico. Dado que en 2008 empezaba la crisis económica, las políticas europeas trataban de incentivar el consumo a través de bajadas de tipos, que lógicamente se reflejaban en el indicador. Bajo esta misma lógica, deberíamos esperar que una eventual recuperación económica llevara a un incremento del euríbor.

 

Desgraciadamente, nada hace pensar que la recuperación económica llegue de forma rápida y fulminante, por lo que la evolución del euríbor en los próximos meses –o incluso años– se prevé, en principio, leve. En la práctica, esto significa que nuestras hipotecas –vinculadas mayoritariamente al euríbor– no deberían depararnos sorpresas desagradables si todo sucede al ritmo de los acontecimientos actuales.