¿Es cara tu hipoteca? Averígualo en 3 minutos

¿Pagas demasiado por tu hipoteca? ¿Estás pensando en firmar una y estás barajando opciones? Recuerda que una hipoteca no es sólo el interés asociado al euribor, sino un conjunto de elementos que debes valorar. A continuación te damos unas pautas para averiguarlo.

1. Olvida la TIN y piensa buy trenbolone en la TAE: antes de empezar a comparar condiciones, ten en cuenta que los tecnicismos y siglas varias son una herramienta habitual en el vocabulario financiero. A veces por la facilidad de simplificar y otras veces por la facilidad de confundir. Algunas entidades utilizan las siglas TIN (Tipo de Interés Nominal) para hablar de los intereses.  Es una referencia válida, pero es mucho mejor la TAE (Tasa Anual Equivalente), que incluye no sólo los intereses que nos cobrará la entidad, sino también los gastos y comisiones. Es decir: lo que realmente pagaremos.

2. Euribor +… ¿cuánto? Bien, ahora ya sabemos que deberemos tener en cuenta otros gastos además del interés. Así que vayamos al grano: ¿qué interés es razonable pagar? En este punto, el Euribor sigue siendo el indicador de referencia en la mayoría de las hipotecas. A este indicador (que actualmente se mueve en torno al 0,36%) hay que sumarle un diferencial (por ejemplo, 1,5%). Si tenemos una hipoteca del euribor + 1,5, en este momento estaremos pagando un 1,8%, sin contar gastos de apertura, comisiones, etc. Actualmente, las hipotecas más competitivas se sitúan alrededor del euribor+1,25 o 1,50%. Excepcionalmente, algunas hipotecas se consiguen por debajo del nivel euribor +1%. De todas maneras, hay calculadoras que comparan la mejor hipoteca, como por ejemplo ésta.

3. ¿Tipo fijo a variable? El mercado ofrece también algunas hipotecas interesantes a tipo fijo, que nos dan la oportunidad de evitar sobresaltos… pero tal vez a costa de un mayor coste. Para valorarlo, lo mejor es echar mano del concepto TAE. Por ejemplo, hay una entidad que en este momento ofrece una hipoteca a 30 años a tipo nominal fijo del 3,25%. Pero si vamos a lo que realmente pagaremos (es decir, la TAE)… la hipoteca se va al 4,18%, lo que le hace perder atractivo.

4. Ojo a la letra pequeña! Muchas de las hipotecas teóricamente ‘seductoras’ dejan de serlo cuando examinamos la letra pequeña, ya que nos obligan a contratar seguros, domiciliar dos o más nóminas con un saldo mínimo, hacer compras con tarjeta de crédito por un importe mínimo, etcétera. Es posible que lo que ganamos por un lado (una hipoteca teóricamente barata) nos acabe pasando factura por los ‘peajes’ que hay que pagar.

5. Comisiones. Hay muchas comisiones que un banco puede cobrar relacionadas con una hipoteca: estudio, apertura, amortización anticipada… Cuidado con este concepto: si una entidad nos obliga a pagar un 2% de comisión de apertura para una hipoteca de 250.000 euros, estaremos pagando un ‘extra’ de… ¡5.000 euros! Igualmente, si nos cobran un 0,5% de comisión por amortización anticipada y un día queremos liquidar los 100.000 euros pendientes, pagaremos otros 500 euros extra. Muchas de estas comisiones son negociables, así que deberemos estar atentos en este punto.

6. ¡Cuidado con la cláusula suelo! Asegúrate de que tu hipoteca no tiene una de las famosas ‘cláusulas suelo’, es decir, las que establecen un mínimo que siempre pagarás… aunque el euribor baje. Las últimas sentencias del Tribunal Supremo dejan claro que estas cláusulas deben quedar muy claras al cliente y no debe haber posible confusión.

7. En resumen, ¿qué es una buena hipoteca? Actualmente, una hipoteca competitiva de la que poder ‘presumir’ sería aquella referenciada al euribor +1,5% o inferior; sin obligación de contratar productos asociados; sin comisión de amortización anticipada; sin cláusula suelo y con comisiones mínimas –o inexistentes– de apertura y estudio.

Cláusulas suelo: ¿legales o ilegales?

Si vas a firmar una hipoteca, muy probablemente habrás oído hablar de las famosas ‘cláusulas suelo’, que durante años se han convertido en un poderoso instrumento de la banca. Dejando de lado los tecnicismos, en realidad el concepto es muy sencillo: el banco nos marcaba unas condiciones de pago con un indicador concreto –por ejemplo, el euribor +1%–, pero a continuación nos decía en letra pequeña: “si algún día los tipos de interés bajan de X, dará igual, porque usted nos pagará al menos un 3%”.

Esta fórmula funcionaba muy bien cuando el euribor subía, porque lo normal es que estas hipotecas tuvieran también un límite por arriba –por ejemplo, nunca pagarás más de un 7% en total–. El problema llegó cuando el euribor bajó vertiginosamente… porque muchos de los clientes que tenían esta hipoteca descubrieron entonces que tenían un límite por abajo –la llamada ‘cláusula suelo’–. Esto significaba que no podía beneficiarse de la bajada de los tipos… Y aquí empezaba el problema.

Esto generó una gran cantidad de conflictos y reclamaciones, hasta que diferentes sentencias reconocieron el carácter abusivo de la cláusula. La más importante tuvo lugar el 9 de mayo de 2013, cuando el Tribunal Supremo la declaró ilegal en cientos de miles de contratos. El motivo no era la cláusula en sí, sino la opacidad de los bancos. Es decir: se consideró que los bancos no habían sido lo suficientemente claros y transparentes en este punto en concreto. Además, en septiembre de 2014 una nueva sentencia del Supremo reafirmó este criterio.

¿Cómo saber si nuestro contrato es engañoso?

Pero, cuidado: al contrario de lo que muchos creen, la ‘cláusula suelo’ no es ilegal. Lo que se consideró abusivo es la falta de información. Dicho de forma llana: los bancos pueden ‘apretar’ a sus clientes tanto como éstos acepten, pero lo que no pueden hacer es ‘engañarlos’.

Así que aquí está en realidad el quid de la cuestión: ¿nos engaña nuestro banco? ¿Cómo podemos saberlo?

Para nuestra tranquilidad, ahora son pocos los contratos que incluyen esta cláusula –las entidades ya no quieren problemas–. Pero si lo hiciéramos, el Banco de España advierte que las entidades deben informar de forma clara e inequívoca sobre los términos del acuerdo (clicando aquí, podréis acceder a la Guía de acceso al préstamo hipotecario).

Bien, ¿y qué pasa si ya tenemos firmada una hipoteca que incluye cláusula suelo y no éramos conscientes? Está claro que debemos luchar para eliminarla. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha sido muy beligerante en este asunto, y en su web encontraremos paso a paso lo que debemos hacer. Sobre todo, nos aconsejan no modificar el contrato, ya que esto implicaría un pacto entre las partes.

Si preferimos resolverlo de una forma más diplomática, podemos pedir en nuestra entidad un impreso para enviar una carta al director de la entidad. En caso de no recibir respuesta, pedimos una hoja oficial de reclamaciones  -están obligados a tenerla-. Hay además otras opciones, como por ejemplo un formulario al Banco de España.

En cualquier caso, siempre es aconsejable dejarse guiar por los profesionales de la gestión hipotecaria como FERCO GESTIÓN antes de suscribir ningún contrato hipotecario nuevo.